domingo, 27 de septiembre de 2015

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Los lugares más curiosos de este mundo
se encuentran cuando cerramos los ojos
y los sentidos descubren
a su manera y jugando con carta blanca,
las verdades escondidas.

El trocito de tela escondido de las vueltas que le damos al vaquero 

antes de sumergir los pies en el agua, 
o correr por la arena, 
escapando del futuro que nos persigue.

El fondo del mar del reflejo de tus ojos,
y todos los peces que se han ahogado en él.

Descubrimos que el lugar más sincero del mundo, 
se esconde tras las paredes de un hospital.
Y que un sitio donde mueren y se salvan miles de personas al día,
también es un hogar donde quedarse a vivir.

Oímos que los árboles gallegos cantan, hablan y transmiten
y que las leyendas,
no solo quedan reflejadas en himnos.

Que los cuadros, tienen doble fondo,
veinte imágenes,
y dieciocho historias.

Que si juntamos en la misma caja
las risas, las indirectas,
los llantos y las riñas,
nos sale un corazón de cristal.

Con 24 vidrieras y 5 habitaciones.
4 puertas y 21 ventanas.
15 escaleras y 3 plantas.
Con 30 espejos y 0 que dicen la verdad.

Que si unimos
tus ideas, mis ideas,
una botella de ginebra y un plan,
nos sale una noche irrecordable.

Que yo no tendré trabajo,
ni tú, carisma con el que quedarte.
Tampoco me sobra el amor,
y lo reconozco, no soy de intermedios.
Pero prefiero poner en duda todas las verdades, que decantarme por un extremo.

Y que yo debería olvidarte
y dejar atrás los calendarios,
pero me he puesto a buscar los lugares más bellos del mundo,
y uno de ellos, amigo mío,
es a tu lado.



domingo, 20 de septiembre de 2015

3SPU3LAS

Si hablamos de amor,
el nuestro ha sido siempre a destiempo.


Hablamos mil veces de todo lo que se había quedado por decir,
y el mar fue testigo de ello.
La luna lloraba por aquel entonces,
como ahora hago yo.

Entramos en fecha de caducidad,
aquella misma madrugada,
a nuestra hora exacta,
a las cuatro de la mañana.

Si hablamos de amor,
el nuestro ni siquiera podría considerarse natural.

Mentimos tanto que en vez de bajarte del cielo,
yo misma te subí a él.
Las nubes por aquel entonces eran grises,
sin embargo vimos amanecer.

Decía Khalil Gibran que el olvido es una forma de libertad.
Yo me pregunto cómo se olvida algo que se fue hace tiempo.

He dejado de cantar 
y he hallado mi paz interior entre las cuerdas de un violín.
He nacido mirando al mar,
y el día que muera quiero que me devuelvan a él.

Siempre seré de la misma tierra,
es por esto que llevo la historia de mi vida escrita en la espalda
y las raíces en el cuello.

Ahora soy el edificio de esos suicidas del telediario de mañana,
y piloto de altos vuelos.
Nos quisimos mal, como siempre.
Nos amamos de verdad, como nunca.

Voy a hacer de ti, solo una poesía más
luego buscaré otras fuentes de inspiración,
otros infiernos donde perderme,
por si allí llueve algo más de suerte.