domingo, 28 de septiembre de 2014

Nunca antes el olor de la lluvia me había dejado volver.

No hay nada peor que tener adicción por alguien o por algo, que tus silencios griten su nombre y que tu mente solo reproduzca los segundos necesarios para matarte a incertidumbre. . Me aferro al pasado porque meses más tarde me doy cuenta de que lo que valía realmente la pena siempre lo tuve delante. Lo peor es que solo se recupera a la gente con hechos, no con palabras. Y yo no soy la excepción, se me gana y se me pierde de la misma manera: con hechos y con música. Así que, quien tenga un amor, que lo cuide. Que no estamos como para andar desperdiciando lágrimas. Bastante tenemos ya con la esperanza y la ilusión. Malditas incógnitas llenas de dulzura.

Nosotros podemos ser tan pesimistas y, en nuestro defecto, tan existencialistas como queramos. Sin embargo, también nos enamoramos, como cualquier otro idiota. En mi libre expresión y sin aprovecharme del dolor ajeno, pues ya bastante he tenido con el mío propio, quiero dejar que me envenenes con tu mirada. Quiero segundas oportunidades, mentiras piadosas y problemas de edad, de alturas, pero que merezca la pena. Que créeme cuando te digo que quiero recuperar el tiempo perdido, contigo, por mí, por nosotros. Porque por ti escribo.  Adoro los besos a destiempo, las miradas en el momento exacto y los suspiros inesperados. Las palabras que hoy te arrepentirás de haber dicho y los “te quiero” entre susurros que quedarán almacenados en mi memoria. Valoro meses más tarde todo aquello que hiciste por mí, ahora sin venda, sin cuerdas que me aten y sin importarme el qué dirán. Si tiene que ser, será... Pero de las debilidades no se libra uno tan fácilmente. Es un ni contigo ni sin ti, y eso me mata. Por lo que seguiré aquí, con mi enfermedad constante de cura esporádica. Con mis canciones y mis audios, dibujando tus castillos a mi aire. Pero sobre todo, hablaré conmigo porque tengo demasiado que contarme. Te vuelvo a ver y sigues siendo como quiero recordarte…

domingo, 21 de septiembre de 2014

Manful 🌌

Dicen que a la cima solo logran llegar los valientes, pero eso no es del todo cierto. Creo entender que logramos llegar más alto conforme mejor asentamos las bases, el primer escalón, y luego el segundo y así, uno tras otro, luchando por lo que deseamos contra viento y marea... Pero... ¿y si no fuera del todo verdad? ¿y si lo necesario no fuera llegar a la cima?
Personalmente creo que hay dos grupos de personas: los que se pasan la vida planeando como llegar al éxito, como ser el mejor en algo... Y luego, están esos que no llegan nunca, que se dedican a hacer de cualquier piedra del camino, su cima. No son mejores ni unos ni otros, simplemente diferentes, necesarios y complementarios. El viento, la marea ... Imagino que eso es lo verdaderamente importante, el verano, la primavera, el rayo y el trueno, la lluvia y la tormenta. Gracias a eso, aprendemos las enseñanzas que nos formarán para llegar a la cima. Por lo que en resumidas cuentas, me reitero en lo dicho anteriormente. Puede que nos mintieran, que lo importante no sea llegar a lo más alto, sino disfrutar lo máximo posible. Hay trenes que no vuelven a pasar, y algunos que brindan la segunda oportunidad que todos nos merecemos. Hay aviones que cambian de destino, una y otra vez, con sus retrasos y sus pérdidas de equipaje. Hay barcos, que dan la vuelta al mundo, pero que siempre vuelven al mismo puerto. Y luego estoy yo, y estás tú. Y ese partido, y esa botella de whisky jägermeister. Y ese sueño olvidado, y ese 24 de mayo que jamás volverá. Y también están las llamadas perdidas y los reproches, las broncas y los abrazos. Las conversaciones y las notas de voz, las canciones dedicadas y todas aquellas palabras que se quedaron por decir tan solo por miedo a molestar. Están las piedras, las debilidades, las playas y los atardeceres. Lo vivido y lo que nos queda. Las esperas y las citas no marcadas. Las llegadas fuera de hora y las salidas de tono. Que hay quien hace sentir mas con una mirada, que el resto con un beso. Que yo, me quedo con esto. Lo que tenga que ser, será... Hasta que pase este ni contigo ni sin ti, hasta que se calmen las aguas bravas. Hasta que dispare la última bala, hasta que entre por última vez en tu mundo. Quien tiene mérito al fin y al cabo, no es el que más logros consigue, el que mas campos ha arrasado ni el que mas veces ha logrado destacar. Quien tiene mérito es quien, día tras día, te apoya, lucha por ti, y de piedra pasa a ser pilar fundamental en tu vida. Los verdaderos valientes son los que lo dan todo porque uno llegue a la cima, que no se nos olvide nunca, que los valientes, luchan siempre, con la cara descubierta.




sábado, 13 de septiembre de 2014

Te mentí➰

Te mentí.
Te mentí cada vez que te miré a los ojos para decir que todo estaba bien así. 

Te mentí. 

Te mentí en cada barrera que puse: ni aquello era una trinchera ni atacaban con piedras, era un ejército armado con flores. 

Te mentí.

Te mentí desde el principio, yo ya sabía que iba a enamorarme de ti antes de preguntarte si ibas a besarme de una vez. 

Te mentí.

No dejé de escribirte ni un solo día: arranqué las páginas.

Te mentí. 

Te mentí una y otra vez. 
No quería que ese beso fuera el último, ni esa tarde.

Te mentí.

Te mentí porque a mi me gusta hablar de lo imposible. De piedras y debilidades. 

Te mentí.

Te mentí al decirte adiós, quiero que sigas quitándome el sueño todas las noches.

Te mentí. 

Te mentí en cada pregunta que me hiciste sobre mis sentimientos.  

Te mentí.

Te mentí porque siento, mucho más de lo que con palabras puedo expresar.