martes, 2 de diciembre de 2014
Aprendamos a leer entre líneas.
Tú tan café, a ser posible cargado y yo tan azúcar, que en altas dosis, acaba por matar.
Yo tan vodka y tu tan jagërmheister.
Tú tan James Brown y yo tan Vetusta Morla
Yo tan almohada, convidada a sueños y tu tan cama, destinada a la acción.
Tú tan palabra mientras que yo, tan sentimiento.
Y que puede que tengas razón, que en la vida se pierde más por miedo que por intentar y no esperaré a que te marches, arriesgaré antes si es necesario. Arriesgaré a caer en el olvido o en la desesperación de mis propios ojos.
En el recuerdo infinito o en la dulzura de tu antojo. En tus labios malditos, en el sueño prohibido. En el pálpito desconocido. En la cadencia imperfecta, bajo falsa modestia. Con su incertidumbre y metonimia. Con cada uno de los mil voleteos de las mariposas de mi estómago. Con la espuma de ese café, con ese viaje a Roma. Con ese "something stupid like a love you" o con esa rosa que florece en la primavera del grupo "West life"
Con lo bueno y con lo malo. Con las marcas imborrables. Con cada una de las broncas. Con lo que se ha dicho y con lo que se ha quedado siempre por decir.
Aprendamos a leer entre líneas.
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