domingo, 17 de mayo de 2015

17 condenas

Y yo que me prometí que a las 19.24 dejaría salir la última condena, 
que quebraría todos mis sueños, 
que reconstruiría todos y cada una de los pedazos de este mundo. 
Yo, que vivía en la calle del arte, 
que nunca he sabido mentir, 
te pido que vuelvas, que te estoy empezando a confundir con las estrellas.

Que se pare el tiempo,

Que se detenga la lluvia
y el firmamento oscuro.
Que juegues con fuego,
que te quemes
y que te enredes en mi
al ver tu silueta reflejada en el cristal.

La silueta del pecado, diseñada para mi.

Como aquel traje
o toda la ropa que nos hemos quitado.
Como aquella noche
en tu coche pensando si era mejor o peor,
seguir adelante con el juego.

Y yo te miraba, 
sin apenas pensar que podría ser la ultima vez 
que te tendría reflejado en mi mirada.
Y yo te cantaba, 
como si solo me estuvieras escuchando con el alma.

Prepara tus maletas y carga la pistola de balas, 
por si echas a correr en medio de la desesperación, 
en medio de el caos de mi vida que amas.

Y jamás mires atrás ni esperes nada de mi,

que soy veleta de rumbo cambiante
y no vuelo dos veces en misma dirección,
nunca atraco en mismo puerto
y siempre me aburro de nadar en los mismos arrecifes.

Quiéreme como soy, o vete a vagar por el oleaje o por las nubes.


Lanza el dado y arriesga, nuestra partida está terminando.


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